Los niños no son un estorbo ¿o si?

En el mundo actual, desafortunadamente parece ser que la respuesta, es sí: son un estorbo al sistema productivo tal y como está concebido actualmente. Una contradicción, si tenemos en cuenta que el sistema productivo necesita mano de obra, y la mano de obra son los adultos del mañana, es decir, los niños de hoy.

Pero las condiciones de crianza que nos plantea la “modernidad”, dejan entrevisto que los niños si son un estorbo, ya que no podemos trabajar si tenemos que estar al cuidado de ellos. Surge entonces el dilema de la conciliación laboral y parental, por lo que buscamos escolarizarlos lo antes posible, de modo que podamos volver a nuestro ritmo de productividad; los hemos alejado de nuestros hogares y los hemos consignados en centros educativos, donde les enseñaran a ser mas productivos. Vaya coincidencia!

Antaño, los niños estaban siempre con sus padres, al menos durante la mayor parte del día, y más aún si eran menores de 6 años. Acompañaban a las madres durante sus labores domésticas y/o productivas; aprendían de la mano de sus abuelos y de sus padres y madres, oficios varios y valores tantos; aprendían de forma práctica las nociones básicas de matemáticas y conocimiento del medio, ya que daban una mano en las labores del campo, o en los negocios familiares (ya fuesen pequeños talleres artesanales o locales comerciales).

Hace poco, en mi viaje a Colombia, hablando de los viejos tiempos,  mi abuelita me contaba, que en las trastiendas de casi todos los negocios y talleres había un pequeño cuarto donde estaban los niños, haciendo sus deberes, o ayudando en oficios varios a la familia. Estaban siempre al cuidado de sus padres, y no estorbaban: la gente no se ofendía porque en el negocio hubiesen críos jugando o ayudando. Pero todo esto cambió, porque desafortunadamente, unos cuantos padres en unos pocos países, comenzaron a “explotar” laboralmente a los niños, haciéndolos pasar por penurias y maltratos sin límite en pos de una mayor productividad; en ese momento, el hecho de que un niño ayudase en las labores u oficios comenzó a ser regulado, al punto de ser entendido como prohibitivo en una sociedad civilizada.

¡Desde luego que un niño no debe trabajar! Eso no tiene lugar a discusión, pero creo que el hecho de haberlos alejado del lugar de trabajo de los padres, para evitar  que pudiesen llegar a ser en algún modo explotados, abrió el camino para que se convirtiesen en un estorbo en el sistema productivo actual. Tal y como ha pasado con nuestros viejos, que también los hemos ido alejando de nuestros hogares, entre otras cosas, porque no los consideramos productivos (a pesar de todo lo que tienen por aportar y enseñar, que es incuantificable) o porque el sistema no nos permite cuidar de ellos y ser productivos al mismo tiempo.

El hecho de ser un impedimento en el desarrollo de la cadena productiva, ha hecho que miles de parejas se planteen el hecho de nunca tener hijos/hijas; otras tantas encuentren en terceros el apoyo para poder tener hijos, educarlos y seguir trabajando, y otras pocas hayan decidido romper esa cadena de productividad para hacerse cargo de ellos/ellas.

No es fácil y tampoco lógico entenderlo… Pero desafortunadamente es cada vez más común oír hablar de los niños en términos de impedimentos para el desarrollo profesional y productivo, o como promotores de dificultades a la hora de lograr una conciliación laboral. Y ni que decir de lo “normal” que es oír decir lo “fastidiosos y molestos” que son los niños, o de encontrar lugares públicos donde no se permite entrar con niños (porque resultan molestos, y no porque sean lugares inapropiados), y donde sencillamente no son bienvenidos, como hoteles, aerolíneas y restaurantes. Para la muestra, un post publicado hace un par de semanas en una Web de Padres: http://serpadres.taconeras.net/2012/03/27/los-pecados-de-los-padres/

Estamos ante una encrucijada, que requiere un cambio de paradigma frente a lo que es un sistema productivo que no permite a los padres ejercer el derecho del niño de ser atendidos en primera persona por sus progenitores, en todo momento y lugar, sin sentir que están fallando al propósito de éxito de sus vidas.

¿O será el propósito de éxito, el paradigma que debemos cambiar? … 

10 comentarios

  1. Wow Cata, me he quedado helada con el post de Ser Padres O_O Desde luego que necesitamos un cambio.. necesitamos dar una vuelta de campana a la sociedad de hoy y en eso estamos, verdad compañera de fatigas? Un besote!

  2. También vengo dándole vueltas y son muchos los factores, pero por supuesto, que el objetivo de nuestra vida sea producir, el dinero y la relevancia choca frontalmente con un mundo que acepte a los niños. Me parece dramático, una sociedad que quiere prescindir de sus crías es una sociedad extinta.

  3. Cata, gracias por tus opiniones. Yo también recuerdo algo de esos tiempos, cuando para mí era un juego atender en la tienda de una vecina o acudir a algún restaurante y acabar jugando en la trastienda con los hijos de los dueños mientras ellos faenaban. Ahora los niños hasta molestan en estos lugares… El artículo de Ser Padres es una vergüenza.
    Un gran abrazo!

    1. Colo… y yo recuerdo que en mis vacaciones iba a la oficina de mi madre o de mi abuelita, me ponía bajos sus escritorios y jugaba… y no estorbaba!. Es muy triste lo que le estamos haciendo a los niños… algo ha de cambiar, de eso estoy segura!.

  4. Anda pues tenias razón que me iba a gustar jajaj! Yo soy parte de una de esas «parejas» del s.xxi que tienen al niño «en la trastienda» jeje. Desde que decidimos tener un hijo teníamos claro que se iba a criar aquí. No podemos permitirnos dejar de trabajar ni pagar a alguien que lo cuide todo el día (cosa que tampoco haría estando yo) y tenemos un negocio que es muy adaptable a niños y no es nada peligroso ni aburrido para ellos.
    Casi todos mis clientes lo miran con una sonrisa, le tienen paciencia y juegan con el, no les molesta que este por aquí, sus hijos juegan con el, usan sus juguetes, les hace gracia que nos «ayude» y que quiera atenderles el. Pero por desgracia también hemos tenido de los otros (por suerte menos) , los que se quejan,los que lo miran con desaprobación, los que cuestionan que el niño este aquí (en su casa), los que como los que te comenté, dejan una opinión sobre tu negocio en internet donde solo hablan de lo mucho que les molesta que haya juguetes, que haya sillas de niño o que los dueños «cuidemos» del niño mientras trabajan.
    Por suerte de estos clientes tenemos menos, y esa opinión como te decía antes,espero que sirva para alejar a los pocos que quedan así.
    Yo vengo de una familia en su mayoría autónomos, los primos nos hemos criado todos en las «trastiendas» y hemos tenido una infancia feliz y normal. Nuestros hijos ahora se crían igual por que muchos de los primos hemos seguido los pasos paternos y somos autónomos también, a cargo de los negocios familiares. Que pena que eso sea visto ahora como algo escandaloso,raro, e incluso algo para denunciar.. no se si me gusta el futuro que veo venir.
    He flipado con el articulo de ser padres. Dar el pecho molesta? jaaaa…deberían verme a mi que tuve que trabajar desde el dia que me dieron el alta, atendiendo con el niño colgado en un fular y a la teta (discretamente, hay quien ni sabia que estaba haciendo).Vamos,me crucifican! Estoy de acuerdo en que a los niños hay que educarles, y hay que enseñarles a respetar, comportarse etc.. pero es que ese articulo parece escrito por alguien que realmente odia a los niños,no se que hace publicado en una revista orientada a padres.
    Muy buen post, me lo anoto y me guardo el «otro» por que igual un día de estos les escribo yo también una «dedicatoria» en el blog por tannnnn amable articulo sobre los niños.

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